Este pequeño secreto de la exploración espacial ha sido aireado por un estudio de Dava Newman, profesor de aeronáutica en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (EEUU). La culpa es de los guantes reglamentarios en los paseos espaciales. A cambio de simular la presión habitual en la Tierra, presentan una textura rígida y llevan una especie de dedales en su interior. El roce con ellos suele rasgar las uñas de quienes los llevan y, en muchos casos, arrancarlas por completo. Newman trabaja para diseñar guantes que combinen protección y flexibilidad.

Redacción QUO