Noelia, una concursante de ese ‘templo del saber’ que es Gran Hermano 17, asegura padecer un síndrome conocido como respuesta sensorial meridiana autónoma (ASMR, por sus siglas en inglés). De hecho, ayer tuvo el primero. Según ella y otras personas que aseguran padecerlo, la sensación se describe como «orgasmo mental». La cuestión es que al parecer hay una amplia controversia sobre la base científica de este fenómeno biológico.

¿Qué dice la neurociencia al respecto? Para saberlo hemos hablado con Manuel Martín-Loeches, profesor de psicobiología de la Universidad Complutense de Madrid y Director de la Sección de Neurociencia Cognitiva del Centro de Evolución y Comportamiento Humano (UCMISCIII).

Pregunta: ¿En qué consiste la ASMR?

Respuesta: Es un fenómeno poco conocido y muy debatido actualmente, pero podríamos decir que es una respuesta placentera del organismo, del cuerpo, a estímulos que en principio no tendrían por qué causarla. No tendrían por qué causarla porque no son estímulos táctiles, sino simplemente visuales o auditivos, o incluso la propia imaginación; pero con consecuencias en las sensaciones altamente placenteras que uno recibe de su cuerpo, parecidas en gran parte a un orgasmo y con sensaciones de euforia.

P.: ¿Qué síntomas provoca en una persona?

R.: Parece ser que provoca hormigueos altamente placenteros, especialmente de la cabeza y el cuello, hormigueos que se desplazan poco a poco por la espalda y el resto del cuerpo.

P.: ¿Es exactamente un «orgasmo» lo que sienten o es otra sensación?

R.: No, en absoluto. Tiene un gran parecido en situaciones de gran intensidad, y se puede confundir, pero no lo es. Subjetivamente puede incluso parecerlo, pero no hay respuestas fisiológicas de orgasmo, al menos no en la mayoría de las ocasiones.

P.: La ASMR, ¿Tiene fundamento científico?

R.: Bueno, es más una sensación subjetiva que manifiesta mucha gente, al parecer cada vez más gente. Algo tiene de fundamento científico cuando se están publicando artículos al respecto, aunque de momento muy escasos. Estamos ante una situación parecida a lo que pasó con la fibromialgia, que hoy se considera un síndrome con entidad clínica pero hubo un tiempo, bastante largo, en el que se debatió y se dudó mucho sobre si tenía entidad real.

P.: Si es así, ¿tiene algún tratamiento? ¿se muestra conjuntamente con otras afecciones?

R.: Yo creo que no tiene las connotaciones clínicas como para necesitar un tratamiento, es decir, no imposibilita ni dificulta los quehaceres de la vida cotidiana, no es molesto –antes al contrario, se busca- y por lo tanto no se necesitaría un “tratamiento”. Si a alguien le resultara muy recurrente e incontrolable, supongo que habría que pensar en cómo tratarlo, pero de momento no hay nada sobre esto.

P.: ¿Hay alguna parte de la población más afectada por la ASMR? (mujeres, hombres, jóvenes…)

R.: Como digo, la investigación es muy escasa y no hay datos en este momento al respecto.

Redacción QUO