El método, a pesar de no haberlo hecho jamás, se hizo popular por el bulo de Walt Disney. La criónica (denominada erróneamente criogenia o criogenización), es un método cuyo fin es preservar a baja temperatura animales o humanos que la medicina actual no puede mantener con vida. El propósito de sus defensores es conservar estos cuerpos con el fin de poder reanimarles en un futuro.
Una niña británica de 14 años que murió de cáncer el pasado mes de octubre, solicitó a sus padres (divorciados) autorización para que su cuerpo pudiera ser criopreservado con la esperanza de que en el futuro la medicina encontrase una solución a su enfermedad. Según recoge BBC, la niña expresó claramente su deseo de no ser enterrada «bajo tierra». Ella sostenía «que en el futuro podrán encontrar una cura para mi cáncer y despertarme. Me gustaría poder optar a esta oportunidad».
Si bien la madre aceptó por completo los deseos de su hija, su padre, al cual llevaba sin verla desde que tenía seis años, se negó rotundamente argumentando que, aunque fuese despertada dentro de 200 años, se sentiría muy triste porque no habría nadie conocido a quien pudiese acudir. Fue así como la decisión quedó en manos de los tribunales, donde un juez ha dictaminado finalmente a favor de la pequeña.
Aunque el juez reconoció las dudas morales del padre (que al final del proceso apoyó también la decisión de su hija), dictaminó a favor de los deseos de la niña. El cuerpo de la menor ha sido trasladado a Estados Unidos, donde será crionizada por 43.000 €.
Fuentes:
Redacción QUO