El azafrán es la especia más cara del mundo, debido a que tiene una producción limitada, y a los altísimos costes de la misma. Por ese motivo, durante siglos la venta de azafrán adulterado ha sido una constante en todo el mundo.
Y la más reciente de todas esas manipulaciones consiste en añadirle extractos de los frutos de la gardenia, cuya comercialización está prohibida en Europa. De hecho, una investigación realizada por investigadores checos y españoles ha demostrado que más del 50% del azafrán que se vendía en la Unión Europea estaba adulterado.
Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Alcalá han desarrollado y patentado un procedimiento para la determinación de adulteraciones de azafrán basado en la detección de genipósido, un compuesto de los frutos de gardenia que no tiene el azafrán. Esta técnica separa del resto de componentes del azafrán en un tiempo inferior a dos minutos, siendo capaz de detectar hasta un 0,004% de este compuesto.
Fuente: SINC.
Vicente Fernández López