Acaba de conocerse el caso de Tessa Puma, una niña de seis años de Ohio, en Estados Unidos, que acudió al hospital para ser tratada de una faringitis, y a la que acabaron amputándole una pierna.
Existen diversos tipos de faringitis. El más común es causado por virus, aunque hay otro provocado por una bacteria, la A. Streptococcus, y se le llama faringitis estreptocócica.
El problema es que el microorganismo que la causa pertenece a la variedad de las llamadas bacterias comedoras de carne. Lo normal es que la infección que provoca no pase de la garganta, causando escozor, inflamación, fiebre… y todos los síntomas típicos de la faringitis. Pero, en ocasiones muy excepcionales, la bacteria puede penetrar a tejidos más profundos, por ejemplo, a través de una herida. Y es entonces cuando pueden surgir complicaciones mucho más graves.
Cuando eso sucede la A. Streptococcus puede provocar un shock séptico que causa que los tejidos afectados se necrosen. La consecuencia es que acaba siendo necesaria la amputación de algún miembro, como ha sucedido en el caso de esta niña de Ohio. Y si no se actúa rápidamente, el paciente puede llegar incluso a morir.
Cómo ya hemos dicho, este tipo de complicaciones son bastante raras y excepcionales, pero no imposibles. Según datos del centro para el Control de Transmisión de Enfermedades de Estados Unidos, tan solo en ese país se han registrado unos mil cien casos desde el año 2010.
Fuente: LiveScience.
Vicente Fernández López