Flatline es el término hospitalario que usan los anglosajones cuando la señal del cardiógrafo indica que un corazón ha dejado de latir. Así que un nuevo sistema de entrenamiento bautizado con ese nombre ya debería asustarnos al menos un poco.

Pero la nueva tendencia para ponerse cachas en los gimnasios londinenses se llama así, y consiste en una rutina basada en entrenamientos de alta intensidad, creada por el monitor Firas Iskandarani. Los participantes tienen que trepar por cuerdas, levantar pesas y hacer todo tipo de ejercicios en un tiempo de 45 minutos, sin descansos y portando un chaleco que pesa doce kilos.

El desgaste es tan intenso que se obliga a quien practique esta rutina a firmar un documento asumiendo los riesgos que se deriven de ella. Además, el ejercicio hay que realizarlo siempre en presencia de un profesional sanitario.

Pero, ¿realmente es tan peligroso como se dice? Su creador asegura que es un tipo de entrenamiento diseñado específicamente para gente que se encuentra muy en forma pero que, aún así, existe el riesgo de sufrir mareos, vómitos e, incluso, en casos muy extremos, una parada cardíaca.

Por ese motivo, los gimnasios que ya ofrecen esta rutina se han equipado con desfibriladores y equipos de oxígeno para atender posibles emergencias.

Aunque también hay quien afirma que la cosa realmente no es para tanto y que todo suena a propaganda exagerada para publicitar este nuevo tipo de entrenamiento.

Vicente Fernández López