Obesidad, diabetes, tabaquismo, hipertensión…todos estos factores acortan la vida y, aunque a veces algunas personas no les presten mucha atención, su impacto negativo es sobradamente sabido. Pero hay otro elemento bastante menos conocido que está a la altura de los primeros: la soledad.
El aislamiento social puede igualar o incluso superar el impacto que tiene la obesidad sobre los años de vida. Es la conclusión que se ha expuesto en el congreso anual de la Asociación Americana de Psicología (APA) fruto del análisis de diversas investigaciones.
En una de ellas, un metaanálisis recoge datos de 148 estudios para concluir que unas relaciones sociales saludables se asocian con una reducción de la mortalidad prematura en un 50%.
Por otro lado, otra investigación recoge datos de nada menos que 3,4 millones de personas de diferentes continentes. Los investigadores concluyeron que el riesgo de muerte prematura en las personas aisladas socialmente igualaba o incluso sobrepasaba el que tenían las personas obesas.
“Hay evidencia robusta de que el aislamiento social aumenta de manera significativa el riesgo de muerte prematura, y esa magnitud excede la que se asocia a muchos de los principales indicadores de salud”, comentó en el congreso Julianne Holt-Lunstad, PhD, profesora de psicología de la universidad de Brigham.
Redacción QUO