Existen bastantes ideas en la cultura popular acerca de las vitaminas.Hay gente que cree que aunque se esté sano y se siga una alimentación equilibrada hay que tomar suplementos de estas sustancias. Pero estos compuestos pueden hacer más daño que beneficio.

Es el caso de las vitaminas B6 y B12, que pueden ser especialmente nocivas para las personas que fuman. Un estudio publicado en Journal of Clinical Oncology ha destapado que estas moléculas pueden elevar notablemente el riesgo de cáncer de pulmón en fumadores, una población que ya tiene de por sí una probabilidad elevada de padecer este tipo de tumor.

En concreto, el consumo de 20 miligramos por día de vitamina B6 durante 10 años incrementó el riesgo de cáncer de pulmón en un 30% en personas fumadoras. Este riesgo llegó hasta un 40% cuando los adictos al cigarrillo consumieron más de 55 microgramos de vitamina B12 por día, también durante un período de 10 años. Dichas cantidades exceden con creces la cantidad diaria recomendada de dichas vitaminas; entre 15 y 20 veces.

La explicación de este fenómeno puede tener que con la influencia de las vitaminas en el ADN de las células cancerígenas. Típicamente se ha asociado a la B6 y a la B12 con vías moleculares de reparación de la información genética, es decir, prevención de mutaciones, pero dicha influencia sobre los ácidos nucleicos también puede tener su cara B en la interacción con el ADN tumoral; colaborando con la proliferación de las células cancerígenas.

Redacción QUO