La inmunización contra el colesterol solucionaría uno de los grandes problemas del siglo XXI, que ahora se combate, fundamentalmente, con estatinas. Estos fármacos reducen el LDL entre el 30 y el 60 por ciento, lo que se traduce en una disminución del 25 por ciento en la incidencia de enfermedades cardiovasculares. Pero las estatinas no funcionan en todos los pacientes y en dosis altas pueden tener efectos secundarios graves. Además, favorecen la actividad de la enzima PCSK9 que, irónicamente, está relacionada con el aumento del LDL. Ese es, precisamente, el proceso que un grupo de investigadores ha contrarrestado con una vacuna experimental conocida como AT04A, que inhibe la acción de la enzima. Según el estudio, publicado en la revista European Heart Journal, la vacuna redujo un 53 por ciento los niveles de LDL en la sangre de ratones alimentados con dieta occidental, sin efectos secundarios. Si la terapia es segura en personas, lo que ya está evaluándose, una dosis anual podría evitar la temida hipercolesterolemia.

Redacción QUO