De por sí, vivir en una ciudad en la que los niveles de contaminación son altos hace que nuestra salud se vea afectada, pero una nueva investigación realizada sobre pacientes de Intermountain Healthcare en Salt Lake City (Estados Unidos) considera que el tipo de sangre de cada ser humano puede influir de forma decisiva a la hora de desarrollar ciertas enfermedades.
El epidemiólogo del Instituto del Corazón de este centro, Benjamin Horne, lo ha logrado descubrir tras un estudio realizado sobre información de pacientes ingresados en este hospital entre los años 1993 y 2007. Al parecer, consiguió identificar a un grupo de pacientes que tras una pequeña exposición a altos niveles de partículas en suspensión de menos de 2,5 micras (PM2,5), como las que provienen de las emisiones de los vehículos diésel de los coches, habían desarrollado un síndrome coronario agudo. Daba la casualidad que todos ellos tenían tipos de sangre A, B y AB, pero no 0, lo que le hizo pensar que unos tenían un riesgo más grave que otros en ambientes de polución similares.
Al indagar más allá de estos primeros datos, se dieron cuenta de que todos ellos portaban una variante del gen ABO llamada rs687289, que hacía que unos tipos de sangre fueran menos compatibles con el aire que respiraban. Un riesgo que se eleva aún más, siempre y cuando la concentración de PM2,5supere la barrera de los 25 microgramos de estas partículas por metro cúbico de aire: “Por cada 10 microgramos adicionales de estas partículas, el riesgo para los que no tienen un tipo 0 de sangre se eleva en un 25%, mientras que para los que sí forman parte de este grupo su riesgo solo aumenta en un 10%”, apunta Horne.
Para evitar todos estos problemas, Horne apunta que siempre recomienda a sus pacientes más propensos a sufrir un ataque al corazón que eviten salir a la calle si saben que hay picos altos de contaminación, que hagan ejercicio en casa y que se aseguren de tomar sus medicaciones para reducir el riesgo de sufrir un ataque al corazón.
Fuente: Science Alert
Alberto Pascual García