Hasta muy recientemente, se pensaba que la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, también conocida como mal de las vacas locas, solo podía contagiarse comiendo carne de animales infectados, estando en contacto con el cerebro de personas o animales que han fallecido por su causa, a través de instrumental quirurgico usado en las autopsias y, de forma mas rara, mediante una transfusión sanguínea. Pero, ahora, un nuevo estudio realizado por investigadores de la Case Western Reserve University de Ohio, apunta a una posible nueva vía de contagio entre humanos: la piel.
Los investigadores detectaron la presencia de los priones (agentes infecciosos) que provocan esta enfermedad, en la piel de más de treinta personas que habían sido diagnosticadas de dicho mal. Este descubrimiento implica, según los autores de la investigación, que podrían infectar a otra persona si esos priones presentes en la piel penetrasen en el torrente sanguíneo. Pese a ello, afirman que las probabilidades de contagiarse por esa vía (aunque reales) siguen siendo muy bajas, ya que las concentraciones de priones de la piel son de media unas cien mil veces inferiores a las detectadas en el cerebro o en el instrumental quirúrgico infectado.
Conviene recordar también que, ya en 2011, un experimento realizado con ratones por la Universidad de Zurich, reveló que la enfermedad también podía transmitirse por el aire. Los investigadores usaron aerosoles para esparcir los priones por el aire, y el resultado fue que todas las cobayas que lo respiraron cayeron enfermas.
Un estudio realizado por el Instituto de Salud Carlos III en 2014, apunta a que la media anual de nuevos casos de esta enfermedad en España es de 1,3 por cada millón de personas. La incidencia es mayor en personas con más de 69 años, y el 55% de los pacientes suelen ser mujeres.
Vicente Fernández López