Desde el pasado mes de febrero, setenta niños con síndrome de Down de varias ciudades españolas y de París, están participando en un estudio clínico que se realiza en el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas de Barcelona. Durante dos veces al día (en el desayuno y la merienda), los pequeños toman una bebida con sabor a chocolate.
Pero no se trata de una bebida común, ya que contiene una sustancia llamada epigalocatequina galato. Se trata de un compuesto químico que se extrae del té verde que, en experimentos realizados con ratones manipulados para tener una copia extra del cromosoma 21, se demostró que mejoraba su capacidad cognitiva.
La idea del experimento se basa en que, si se suministra a niños con síndrome de Down esta sustancia a edades muy tempranas, cuando su cerebro aún es moldeable, podría conseguirse una mejora en sus habilidades cognitivas y en su calidad de vida. Anteriormente, en 2016, un estudio realizado con adultos jóvenes ya reveló que ese compuesto químico mejoraba la capacidad de concentración y de reconocimiento visual de los pacientes tratados.
Fuente: ABC
Vicente Fernández López