¿Alguna vez has sentido que los mosquitos te acribillan como las abejas a un melón, mientras ignoran a otra persona que está a tu lado? No está muy claro qué hace que una persona sea más apetecible que otra para un insecto sediento de sangre, pero el fenómeno de los «favoritos» es más que una leyenda urbana.

«A quienes más les pican es a los que producen más dióxido de carbono«, afirma Jonathan Day, una autoridad en mosquitos de la Universidad de Florida. Pero hay algo más que CO2: «Si solo les atrajera el dióxido de carbono, picarían a los coches». El perfume, el calor corporal y el ácido láctico que produce el ejercicio pueden despertar el apetito de un mosquito hembra. (Solo las hembras beben sangre. Los machos se las apañan con zumos de fruta y néctar).

La hormona sexual estradiol también es un imán para los mosquitos. Aunque las mujeres tienen más estradiol que los hombres, cualquier protección a las picaduras que tengan los hombres queda anulada porque tienen más masa corporal, la cual produce más CO2. La mejor forma de evitar que te piquen es tirar la colonia y mantener un nivel de ejercicio bajo mínimos.

Redacción QUO