¿Recordáis la película La invasión de los ladrones de cuerpos? ¿O su remake de los años 70, La invasión de los ultracuerpos? En ellas, las personas parecían ser víctimas de un extraño delirio colectivo, que les hacía creer que algunos de sus seres más queridos habían sido sustituidos por otras personas.Al final se descubría que todo era causado por una invasión alienígena, en la que los invasores sustituían a los humanos replicando su imagen física.

Pero en la vida real ese tipo de delirios se producen. Hay personas que, en un momento dado, empiezan a creer que alguien de su entorno, generalmente su pareja o un familiar muy cercano, es en realidad un impostor. Alguien con su idéntica apariencia física. Dichas personas padecen lo que se conoce como síndrome de Capgras.

El primer caso conocido de esta extraña afección neurológica data de 1923. Pero, ¿por qué se produce? Las causas no están del todo clara, pero se piensa que se debe a un tipo de prosopagnosia producida por alguna lesión cerebral. La prosopagnosia es la condición que padecen algunos pacientes neurológicos que les incapacita para poder reconocer rostros que les son familiares.

La diferencia es que quienes sufren el síndrome de Capgras si reconocen dichos rostros, aunque cren que las personas han sido duplicadas. Por eso, los investigadores creen que sufren alguna alteración en el mecanismo que relaciona la corteza temporal, en la que se produce el reconocimiento de dichos rostros, con el sistema límbico, que dota de un contenido emocional a los mismos.

Vicente Fernández López