La esclerosis amiotrófica alteal es una enfermedad motora degenerativa y que acaba provocando la muerte. Los factores genéticos juegan un papel importantísimo en el desarrollo de la misma, pero también influyen factores ambientales. Y, ahora, un estudio realizado por el University Medical Centre Utrecht, en los Países Bajos, añade otro posible factor de riesgo para algunas personas: el ejercicio físico realizado de forma muy intensa y contínua durante muchos años.
Los investigadores analizaron el estilo de vida de aproximadamente 1.550 adultos de 60 años a los que recientemente se les había diagnosticado esta enfermedad, con los de otras 2.000 personas de edad similar y completamente sanas. Y entre todos los posibles factores de riesgo relacionados con el estilo de vida (tabaquismo, consumo de alcohol…) surgió uno inesperado: el ejercicio físico practicado de forma extenuante.
Los datos del estudio sugieren la existencia de un posible vínculo que haría que algunas personas que practican de forma regular ejercicio con mucha intensidad, pueden tener hasta un 6% más de riesgo de desarrollar la enfermedad. Por supuesto se trata de un estudio observacional, así que no se puede establecer una relación causa efecto a partir del mismo.
Los propios autores del experimento explican que están convencidos de que, para la mayoría de las personas, el ejercicio físico intenso por sí solo no implica peligro de padecer ELA, pero que si podría tratarse de un factor de riesgo añadido para aquellas que tengan una predisposición genética a a desarrollar la enfermedad.
Fuente: ScienceAlert.
Vicente Fernández López