El panga es un pescado muy consumido. Debido a su bajo precio y a que se presenta comercialmente en un filete limpio sin espinas ni escamas. Pero, ahora, un equipo de investigadores del Área de Toxicología de la Universidad de La Laguna, ha analizado 80 muestras congeladas de este pescado, y el resultado es cuando menos preocupante.
Lo que han revelado las pruebas es que algunas de las muestras (aunque no todas) superaban máximas de mercurio establecidas por la legislación europea, y que están fijadas en 0,5 miligramos por kilo. Dicha concentración era mayor cuando el pescado estaba presentado en adobo (0,18 mg/k) que cuando iba en su forma natural (0,16 mg/k, en las muestras que superaban el máximo legal).
El panga es un pescado al que acompaña la polémica desde hace tiempo. Procede del delta del Mekong, en Vietnam y, ya en 2017, una conocida cadena de supermercados decidió dejar de venderlo porque su producción era muy poco respetuosa con el medioambiente. Los informes realizados revelaban que los ríos donde se crían estaban sobresaturados de ejemplares, y que las aguas estaban contaminadas por las heces de los peces, las cuales contienen restos de las hormonas y medicamentos que se les suministran para que puedan desovar sin tener que migrar. Y todo ello acaba afectando a otras especies.
Fuente: SINC.
Vicente Fernández López