Una investigación de la Universidad de Columbia ha tirado por tierra el mito de que el mejor negociador es el tipo más frío.

Michel Tuam sometió a dos grupos a un juego que simula negociaciones reales y comprobó que los que echaban mano del corazón “terminaban con tanto o más dinero que sus colegas calculadores”, y su actitud “facilitaba el acuerdo”.

Redacción QUO