Un grupo de científicos de la Universidad de California (San Diego) y otros dos de la Universidad de Lincoln (Reino Unido) y de Queensland (Australia) han publicado estudios diferentes en los que han logrado demostrar cómo dos metales como el grafeno y el oro son imprescindibles para mejorar la salud de pacientes aquejados de distintas enfermedades relacionadas con el corazón o que padecen cáncer. Veamos de qué manera lo consiguen.

Por un lado el grafeno: el material del siglo XXI que está logrando grandes avances en el terreno tecnológico y que ha encontrado su sitio en el mundo de la medicina, más en concreto en la creación de fármacos más específicos para enfermedades coronarias. El equipo californiano ha logrado controlar el latido de células del corazón humanas en placas de Petri sirviéndose para ello de luz y grafeno. En la actualidad, todos los medicamentos que puedan pasar al uso humano son testados primero en células humanas, para que un fármaco no promueva un ataque al corazón cuando su fin era aliviar el dolor. Pero estas placas, al ser de plástico no conducen electricidad, como lo hacen un corazón humano, por lo que no son 100% reales.

[image id=»96343″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]

Para conseguirlo, han descubierto que el grafeno puede ser crucial. Este material puede generar electricidad a partir de la luz que recibe, y según sea la cantidad, puede crear más o menos energía y hacer que las células del corazón que crecen sobre él se muevan a velocidades distintas, al gusto del investigador. La idea de los investigadores de este innovador estudio es imitar diferentes patrones de electricidad sobre las células y así crear fuera del cuerpo, las principales enfermedades coronarias que existen. De esa forma, los medicamentos serán mucho más específicos.

Otro de los siguientes objetivos es sustituir los actuales marcapasos y electrodos con los que funciona por una pieza de grafeno que pueda unirse al músculo y que funcione por una fuente de luz cercana y que no provocaría cicatrización interna (como suele pasar con el marcapasos).

Puedes consultar el trabajo en la revista Science Advances.

¿Y qué beneficios tiene el oro?

¿Sabíais que la nanopartículas del oro son seguras y químicamente estables para nuestro cuerpo? Pueden ser cubiertas por un medicamento y son tan pequeñas que pueden moverse por el cuerpo sin problemas para ir directamente al objetivo que sea necesario. Esa es la idea, pero realmente, cuando inyectas una nanopartícula de oro en el cuerpo, esta es cubierta de forma inmediata por proteínas del tipo serum, las cuales alertan al sistema inmune para que las ataque, ya que consideran que no forman parte del cuerpo.

Ahora un estudio publicado recientemente en la revista Nature Communications y levado a cabo por la Universidad de Lincoln muestra sus progresos al añadir una capa de proteínas que evita que estas proteínas sean atacadas y de esta manera conseguir que la nanopartícula de oro llegue a su objetivo y acabe, por ejemplo, con un cáncer.

Otro estudio, en este caso de la Universidad de Queensland, ha logrado usar este metal para detectar hasta cuatro tipos de células cancerosas por el cuerpo. Se comportan como detectives que cazan a los criminales de una gran ciudad, que es nuestro cuerpo. Las nanopartículas de oro están entrenadas para dar con un tipo de proteína específica de una célula tumoral y acabar con ella. Es un paso importante que han logrado demostrar en muestras de sangre, pero ahora quieren verlo en tiempo real en un paciente de manera que sepan qué tipo de medicación darle, así como la dosis necesaria para acabar con un tumor.

Fuente: The Verge

Alberto Pascual García