Los estudios sugieren que gran parte de los fármacos más vendidos, desde los que se usan para la acidez de estómago hasta los tratamientos para la disfunción eréctil, funcionan mejor si se administran a ciertas horas. Por ejemplo, un estudio científico observó un descenso del 67 por ciento en los ataques al corazón y otros eventos cardiovasculares si los antihipertensivos se ingerían antes de dormir y no por la mañana. La clave está en que el reloj circadiano regula los genes y hacen que se enciendan y apaguen continuamente. Por lo que parece razonable pensar en que, efectivamente, cada medicamento tiene su momento ideal en el día.
Redacción QUO