No existe la condición de portador en el caso de la gripe. Puede darse el caso de un paciente que tenga menos sintomatología que la habitual, pero no el caso de portador crónico como puede ocurrir en otro tipo de microorganismos como puede ser un neumococo. En mi opinión, no es necesario cambiarse de mascarilla entre paciente y paciente, siempre y cuando sea una mascarilla capaz de detener el paso de virus.
Solo es aconsejable tomar medidas de precaución a aquellas personas que viajen a algún área geográfica donde se hayan declarado y confirmado casos de gripe de procedencia animal. Para viajar al resto de los países no es necesario.
Una alimentación sana y equilibrada basada en las proporciones óptimas de los tres principios inmediatos (prótidos, lipidos e hidratos de carbono), junto a las vitaminas y oligoelementos proporcionados por los alimentos, es suficiente para mantener en condiciones nuestro sistema inmunitario y su capacidad de respuesta frente a la infección, salvo en casos de inmunodeficiencia patológica. No es necesario dar ningun potenciador de la respuesta inmune para prevenir la gripe.
Aún es prematura para saberlo. Una explicación podría ser la de que la gente mayor ha padecido mas gripes a lo largo de su vida y podrían tener una cierta inmunidad natural. Pero esta posibilidad es poco probable ya que se trata de un virus nuevo que nunca se había aislado entre los humanos y es difícil que tenga memoria inmunológica frente a dicho virus.
Personalmente comparto muchas de las reflexiones de William Shakespeare, como por ejemplo: “Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras”.
Podría ser que si, que proporcionase una cierta inmunidad cruzada. Pero lo mas probable es que no. De todas formas el tiempo lo dirá.
No. La actitud e iniciativas adoptadas por las autoridades sanitarias tanto españolas como internacionales es totalmente correcta a mi modo de entender. Además estaba preparada para ello debido a alerta previa en años anteriores con los casos de gripe aviaria y del SARS.
Las mascarillas quirúrgicas, colocadas en el enfermo de gripe en boca y nariz, son muy útiles para evitar el contagio a otras personas. La población sana debe tan solo evitar el contacto próximo con el paciente y otra serie de medidas higiénicas como no estar en contacto con sus secreciones y lavado permanente de manos. La mascarilla, para el paciente, si está en buen uso, no hace falta cambiarla.
La aparición de cepas resistentes a los antivirales haría que se produjera una mayor propagación debido a que, por su propio mecanismo de acción, estos fármacos hacen que el virus se replique menos y por consiguiente haya menos liberación.
Redacción QUO
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