Los restos más frecuentes en los ríos españoles son fármacos, según un trabajo de la Universidad de Almería. Conocer su estado requiere exhaustivos análisis, pero a veces se recurre a un método más rápido: ver qué especies los habitan. Las sanguijuelas prefieren aguas contaminadas, y las larvas de libélula, las limpias.
Redacción QUO