Los investigadores de la Universidad de Yale han revelado una posible explicación de por qué los hombres son más propensos que las mujeres a sufrir síntomas graves y morir por COVID-19

El virus SARS-CoV-2 no es muy selectivo, y no le importa a quién infecta. Sin embargo, se ha podido observar que los hombres, especialmente los mayores, son más vulnerables a sufrir una infección grave que las mujeres.

El estudio publicado en la revista Nature indica que hay diferencias clave en la respuesta inmunológica durante las primeras fases de la infección. Se evaluó a 98 pacientes (con una edad promedio de 61 a 64 años) ingresados en el Hospital Yale New Haven de los Estados Unidos con casos confirmados de COVID-19 de leves a moderados.

A los pacientes se les realizaron tests usando muestras nasales, de saliva y de sangre y comparándolos con sujetos de control no infectados, para observar cómo el organismo montaba una respuesta inmune a la enfermedad.

Lo que encontraron es que las mujeres parecen producir una respuesta de las células T del sistema inmunitario «más robusta y sostenida» que los pacientes masculinos. Las células T son un tipo de glóbulos blancos que detectan y atacan partículas de organismos extraños, lo que les permite eliminar tanto a los virus como a las células del cuerpo que han sido infectadas.

Además, se observó que los los hombres tenían menos células T, pero producían más citoquinas. Las citoquinas son mensajeros químicos que reclutan células inmunes para que acudan a los sitios donde se produce la inflamación.

Este es un mecanismo natural y deseable, pero en el caso de la COVID-19 puede ser contraproducente. En casos graves se produce la llamada «tormenta de citoquinas»: el sistema inmunológico reacciona exageradamente en un intento de controlar la infección, liberando demasiadas citoquinas pro-inflamatorias, lo que lleva a la inflamación excesiva y la destrucción de los tejidos sanos. Esto causa que se acumule líquido en los pulmones, fallos múltiples en los órganos y otras complicaciones que pueden resultar fatales.

Esto indica que, mientras se descubre la vacuna, es posible que haya que adaptar los tratamientos a las personas que sufren casos graves de COVID-19. Por ejemplo, los hombres podrían beneficiarse de terapias que eleven las células T, mientras que las mujeres necesitan tratamientos que atenúen la respuesta inmunológicas innatas tempranas.

REFERENCIA

Sex differences in immune responses that underlie COVID-19 disease outcomes
«Por el contrario, las pacientes femeninas montaron una activación de células T mucho más robusta que los pacientes masculinos durante la infección por el SARS-CoV-2, que se mantuvo en la vejez. Es importante destacar que encontramos que una respuesta deficiente de las células T se correlacionaba negativamente con la edad de los pacientes y se asociaba con peores resultados de la enfermedad en los pacientes masculinos, pero no en los pacientes femeninos.»