Es un ejemplo de reciclaje: los restos de piel de algunas intervenciones de cirugía estética se utilizan para fabricar nuevos tejidos. En el Centro de Evaluación Predictiva que ha inaugurado L’Oréal en Lyon se crean nada menos que 130.000 unidades de piel “reconstruida” para testar los efectos de los productos que fabrican. También se utiliza en algunos hospitales para investigar los daños provocados por las quemaduras graves y su posible tratamiento. El objetivo fundamental es prescindir de los animales en los que ahora se comprueba la eficacia y la seguridad de los productos que saldrán al mercado. A partir de 2013 no podrán utilizarse en la UE ni para probar cosméticos ni otras sustancias químicas, como pinturas, detergentes, etc. Comprobar cómo se absorbe una crema podrá hacerse en un centímetro cuadrado, la extensión de cada una de las muestras de piel.
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