Fecundación sin sexo.
En 2012, científicos de la Universidad de Kioto consiguieron fabricar a partir de células madre de ratón óvulos fértiles con capacidad para ser fecundados. Lo consiguieron sin utilizar células sexuales. El resultado: una camada de ratoncillos sanos.
¿No más trasplantes?
El Hospital Infantil Gregorio Marañón ha iniciado un ensayo pionero en corazones univentriculares. Consiste en implantar células madre en el músculo cardíaco de ocho niños con cardiopatía congénita estructural. Así se evita un futuro trasplante.
Adiós a la ceguera.
Investigadores del Instituto Jules Stein Eye, de Estados Unidos, trataron a dos mujeres octogenarias con ceguera. Crearon células del epitelio pigmentario a partir de una inyección de unas 50.000 células madre de embriones. La mejora fue inmediata.
Después de recibir sin éxito el trasplante de médula de su hijo, la periodista se ha sometido a una donación de células madre de cordón umbilical de procedencia anónima para tratar de vencer su leucemia. Su eficacia en la reconstrucción de médula dañada está probada en adultos y reduce las posibilidades de rechazo.
Primer corazón con células madre
El laboratorio del biofísico ruso Konstantin Agladze ha recreado en la Universidad de Kioto tejido de corazón humano a partir de células madre que consigue entre 50 y 70 latidos por minuto. Aunque ya se había reproducido tejido cardíaco, por primera vez se logró que las células formaran un corazón.
Una mujer sin ovarios da a luz después de someterse a un autotrasplante de su propio tejido ovárico en el Hospital Sant Joan de Déu de Esplugues (Barcelona). Es la primera gestación en España (segunda en el mundo) con ausencia de los dos ovarios a causa de un tumor. La misma técnica podrá aplicarse a cualquier paciente oncológica.
Emily Whitehead, una niña de 7 años, ha conseguido vencer la leucemia gracias a una innovadora terapia celular en la que las propias células inmunitarias son modificadas genéticamente y reprogramadas para luchar contra la enfermedad, una leucemia linfoide aguda, la más común en niños y, en su caso, muy resistente a tratamientos convencionales. Once meses después de recibir linfocitos T genéticamente modificados en la Universidad de Pensilvania, el equipo médico dio por curada la leucemia.