Salvador Casado es un médico de familia pionero en el uso de las nuevas tecnologías como un método más de relación con sus pacientes. En la puerta de su consulta en Villalba (Madrid), bajo su nombre se puede ver: la dirección web de su blog y sus perfiles de YouTube y Twitter (@doctorcasado). Encabeza incluso la lista de médicos en esta última red social, con 15.000 seguidores. “Si ves que tu paciente, al sentarse en la consulta, ha puesto su smartphone sobre la mesa, ¿por qué no darle un vídeo o un link con información sobre su dolencia para que los consulte al llegar a casa? Es lo que yo llamo consejo ampliado. Los médicos formamos parte de la sociedad y estamos dándonos cuenta de que debemos utilizar canales alternativos que nuestros pacientes ya están usando. Aparte de diagnosticar y tratar, una de las funciones del personal sanitario es aconsejar y proporcionar información sobre salud a nuestros pacientes, y para conseguirlo nada mejor que utilizar las posibilidades que da internet. Solamente tenemos que aprender a distinguir cuál es el medio más adecuado para cada caso”.
Rosa Pérez, una enfermera del servicio de Urgencias catalán que tiene un blog, lo tuvo claro: “Yo quería hacer un blog para educar en salud, y quería que fuese muy divulgativo. El riesgo de hacerlo demasiado sencillo es que pareciese poco profesional y fiable, así que se me ocurrió que lo ideal era el formato vídeo”. En su canal de YouTube tiene ya una treintena, producidos por ella misma, en los que enseña desde cómo hacer una cura sencilla y a bañar a un recién nacido hasta cómo realizar una maniobra para desobstruir las vías respiratorias en un atragantamiento.
“Podría ayudar solo a mis vecinos, pero gracias a internet puedo ser útil a mucha más gente”
“Cuando publiqué este último, uno de los que más visitas ha tenido, una madre me escribió para decirme que gracias a este vídeo se sentía mucho más segura. Ya sabría cómo actuar si su bebé se atragantaba. Para mí, estos comentarios de gente anónima son los que me ayudan a seguir. Tengo algunos con muchas visitas a los que quizá podría sacarles un rédito económico, pero pienso que todos los profesionales sanitarios debemos invertir parte de nuestro tiempo libre en ayudar a los demás, y este es mi modo de hacerlo. Podría ayudar solo a mis vecinos, pero usando internet puedo ser de utilidad a mucha más gente”, asegura Rosa. Y es que la mayoría de los facultativos con gran actividad en la red lo hacen de manera desinteresada, y los más activos son, con diferencia, los médicos de familia, enfermeros y pediatras.
E-doctor, ¿qué le pasa a mi hijo?
Jesús Martínez es uno de los pediatras más activos. Su blog El médico de mi hij@ y, sobre todo, su grupo de Facebook, en el que contesta consultas a diario y que cuenta ya con 33.000 miembros, son toda una referencia. “La mayoría de la gente que participa en nuestro grupo de Facebook vive en zonas rurales, sin un médico o unas urgencias pediátricas cercanas, y también recibimos muchas preguntas desde países de habla hispana. Gente que, con una consulta resuelta por este método, puede ahorrarse 40 kilómetros o 200 dólares, según los casos”, asegura el doctor Martínez. Él, a diario, atiende un consultorio súper masificado de la Seguridad Social en Paracuellos del Jarama, y pensó que un blog sería un buen método para cubrir algunas necesidades de información que descubría y que no le daba tiempo a resolver en la consulta.
“¿Que es época de bronquiolitis o de gripe…? Pues yo escribo un post con información general sobre estas dolencias para los padres de mis pacientes y así evito visitas banales y puedo dedicarme a los casos más importantes. Creo que las webs oficiales de nuestro sistema sanitario deberían tener estas ‘ventanas’ de comunicación entre médicos y pacientes, y que el trabajo que supone la elaboración de estos contenidos a los profesionales debería estar contemplado como parte de su trabajo. Muchos de mis pacientes, que conocen mi actividad en internet, me hacen comentarios sobre lo que escribo y me piden más información. Es una realidad a la que no podemos dar la espalda, así que los médicos tenemos que estar preparados para recetar enlaces, aplicaciones, etcétera”, termina Martínez.
Los datos avalan que esta necesidad existe. Según un estudio de la Fundación BBVA y el Hospital Clinic de Barcelona, el 70% de los pacientes españoles afirman que les gustaría que su médico les “prescribiese” información fiable en la red sobre salud. De hecho, estas dos instituciones han anunciado la creación inminente de un portal con información para pacientes. Y es que parece que casi la mitad de los internautas busca información sobre salud en la red, pero la mayoría duda de la fiabilidad de lo que encuentra. ¿Cómo distinguir si lo que encontramos es o no digno de confianza?
Busque, compare…
“Una regla de oro es mirar a quién pertenece esa información, quién edita el blog o la página que estamos consultando, y asegurarnos de que detrás de la información hay un experto con formación sanitaria o una sociedad médica o científica solvente. Otro indicativo de que estamos ante una página confiable es que la información esté actualizada y que se haga referencia a las fuentes que respaldan cada entrada (investigaciones científicas, otras páginas web, etc.). No hay que fiarse jamás de opiniones personales ni de casos particulares o soluciones milagrosas ”, asegura la enfermera Rosa Pérez.
El 70% de los pacientes españoles afirman que les gustaría que su médico les recetase información online fiable
Por otra parte, David López Heras, otro médico de familia con blog y mucha actividad en Twitter (@drlopezheras), me comenta: “Otra pista que puede ayudar a distinguir es que el sitio web que estamos consultando esté avalado por un sello de certificación. Uno de los más conocidos en España es el de “Web médica acreditada”, que da el Colegio de Médicos de Cataluña y que certifica que el responsable de la información es un facultativo. También existe uno de estos certificados de prestigio internacional, el HON Code, que hace una pequeña auditoría del sitio web, analiza la calidad del contenido, si está apoyado en estudios científicos, y comprueba que es respetuoso con la confidencialidad de los datos”.
Muchos de los expertos consultados insisten en que estas nuevas herramientas son un excelente complemento, pero nunca un sustituto de la consulta médica tradicional.
“Lo virtual siempre debe ser complementario, porque en la relación con un paciente el contexto, la evolución, etcétera, tienen una gran importancia en la valoración de su estado de salud”, asegura el doctor López Heras, quien confiesa, además, no responder nunca a consultas concretas a través de su blog.
“Hay médicos que lo hacen bajo su responsabilidad, pero hoy por hoy este tipo de consultas no tiene protección legal, de modo que si en algún momento algo va mal, el médico está vendido”, termina López Heras.
Para Jesús Martínez lo fundamental es educar en salud: “Tenemos muy interiorizada la necesidad de consultar con el médico cualquier cosa. Sin embargo, hay muchas situaciones que podría solucionar el propio paciente con algo de información. No se pueden saturar las Urgencias porque tu hijo se ha caído y se ha hecho una herida superficial. Algo que se podría evitar formando a los pacientes para usar estos nuevos medios”, según Martínez.