La sexualidad masculina está plagada de mitos y clichés. Más allá de chistes y chascarrillos se esconde una bonita realidad: la vida sexual es un componente innegable para poseer una salud armoniosa. Parafraseando el conocido refrán español: “Dime cuáles son tus hábitos y te diré cómo eres en la cama”. Una vida saludable te mantiene ágil y sano en todos los aspectos de la vida, incluyendo tu preciado órgano genital.
¿Eres fumador? Debes saber que, según un estudio de la Universidad de Texas, fumar reduce el tamaño de tu pene al menos un centímetro. El Dr. Eduardo Martín Oses, urólogo de la Clínica Ruber de Madrid, explica que esto se debe a que el tabaquismo “provoca atrofia vascular y esclerosis del cuer-po cavernoso, motivando una reducción del tamaño del pene en erección”. Además, daña los vasos sanguíneos y obstaculiza el flujo de sangre que llega al miembro viril, lo que acaba afectando a la función eréctil. La dieta también es importante para poder usar el 100% de tu potencia sexual bajo las sábanas.
Una investigación de la Universidad de Texas demostró que fumar reduce el tamaño de tu pene
Según un estudio publicado en Archives of International Medicine, quienes realizan cambios en su estilo de vida para optimizar su salud cardiovascular también mejoran notablemente como amantes. Si bien los efectos no se notan a corto ni a medio plazo, los hábitos poco saludables “afectan al rendimiento físico, en el cual podemos incluir la función sexual, muy sensible a la baja forma”, explica Martín Oses. “Conseguir y mantener una erección adecuada depende en gran medida del flujo arterial y venoso, por lo que las comidas que lo empeoren al favorecer la arteriosclerosis, como son las dietas grasas, la comida basura, etc., también lo harán”.
Cuidado con la comida basura
Si la alimentación está basada en comida rápida y su contenido es excesivo en grasas, carbohidratos, lácteos, alcohol, drogas y azúcar, esta no sólo es un anafrodisíaco reconocido, sino que también resulta baja en minerales, fibras y vitaminas. Además de provocar menor vigor sexual y mala salud en general, es algo que resta energía a tu organismo, que podría utilizar mejor sus recursos quemando calorías. Salud cardiovascular y función sexual comparten factores de riesgo. “La erección es el resultado del correcto funcionamiento de mecanismos neurológicos, hormonales, psicógenos y vasculares. Por eso, la disfunción eréctil se considera un marcador de riesgo de sufrir un infarto”, explica el Dr. Martín. Todos los hábitos de vida que vayan encaminados a lograr una salud cardiovascular mejor “ayudarán a la función sexual, al mejorar el flujo sanguíneo del pene”.
Otro consejo importante es dormir de seis a ocho horas cada noche. Según un estudio de la Universidad de Chicago, aquellos hombres que duermen poco tienen en torno a un 40% menos de testosterona. Si decides seguir nuestros consejos y acostarte antes, no te lleves el portátil a la cama, ni lo pongas encima de tus piernas, pues al hacerlo estarás sobrecalentando tus testículos. Ocurre lo mismo con los pantalones ajustados y al tomar largos baños calientes. Esto inhibe la producción de testosterona, como ocurre con el exceso de grasa.
Haz ejercicio con el pene
Cuando estás estresado, tu cuerpo secreta la hormona del estrés, el cortisol, que sobrecarga las enzimas responsables de asegurar que las células de los testículos produzcan testosterona. Lo mejor para evitar la producción de cortisol es llevar una vida zen y hacer mucho ejercicio. También puedes hacer fitness con tu pene: “Es de utilidad entrenar el músculo pubococcígeo (PC)”, explica el psicólogo clínico Carlos Ramos Gascón. Ejercitarlo no solo ayuda a evitar la eyaculación precoz no relacionada con factores médicos, sino a mantener el control durante las relaciones sexuales, a fortalecer el miembro viril y a tener una erección mejor.
Consumir porno en exceso de forma compulsiva afecta a la libido y puede causar incluso disfunción eréctil
El músculo PC está en el piso de la cavidad pélvica y se extiende como si fuese una hamaca desde el pubis hasta la espina dorsal. Para localizarlo, imagina que estás orinando e intenta detener la orina contrayendo rápidamente el músculo, intentando mantener tu estómago y los muslos muy relajados y centrándote únicamente en el PC. Hazlo unas 30 veces contrayendo tu región perineal (localizada entre los testículos y el ano), y después descansa 30 segundos. Lo ideal sería llegar a realizar hasta 300 repeticiones cada día.
Cuidado con el exceso de porno
Según una investigación de la Asociación de Andrología y Medicina Sexual italiana, consumir porno en exceso provoca un descenso de la libido, e incluso disfunción eréctil. Según nos cuenta Norma Román, terapeuta sexual de la Fundación Sexpol de Madrid: “El hecho de ver pornografía no va a reducir el deseo, pero sí se convierte en un hábito obsesivo y genera ansiedad, por lo que es probable que afecte a la libido”. El psicólogo Carlos Ramos está de acuerdo con Norma Román: “Personalidades de tipo obsesivo-compulsivo pueden desviar su atención y enfocarla en el porno, lo que provoca desinterés por las relaciones normales”.
El placer sexual nace en el cerebro, cuando se segrega una sustancia llamada dopamina que provoca a su vez el deseo sexual y, por tanto, la erección. Sin embargo, el estudio sostiene que si el cerebro se acostumbra a la estimulación a través del porno, la respuesta se va haciendo más difícil, pues las imágenes eróticas cada vez son menos sorprendentes.
¿Cuál es el tamaño medio del pene?
Un estudio publicado en BJU International afirmaba que el largo promedio de un pene erecto es de 13,12 cm, y en reposo, de 9,31 cm. Los investigadores se basaron en 17 estudios realizados con un total de 15.500 hombres. Son muchos los varones que se preocupan por el tamaño. Lo peor es que la mayoría tiene un pene de longitud normal y no debería “comerse la cabeza”. Esto les lleva a acudir en muchas ocasiones a las cirugías de alargamiento, que para nada ofrecen lo que prometen: más centímetros. “Lo único que se consigue es un efecto visual que simula alargamiento en flacidez. Se hace una liposucción de la grasa prepúbica y una sección del ligamento suspensorio del pene, que consiguen este efecto estético”, explica el Dr. Martín. “Además, las complicaciones no son despreciables: hematomas, infecciones, pérdida de sensibilidad y de la angulación; y en los peores casos, problemas de erección irreversibles”.
Gracias a tu spam, sabrás que hay un montón de productos milagro de los que debes huir. El único que ha conseguido resultados es el método de tracción (extensores). “Se describen alargamientos de 1-2 cm tras seis meses de uso. Sus contras: lesiones cutáneas, dolor, desfiguramiento y pérdida de sensibilidad. Serían necesarios estudios más rigurosos para avalar su seguridad y eficacia”, matiza Martín Oses. “El tamaño del pene es uno de los mitos que más pueden perjudicar a los hombres”, reconoce Carlos Ramos. “El tamaño sí puede importar, pero de otra forma. Lo que a una mujer le motiva no es la longitud, sino el grosor”.
Se piensa que un pene más grande provoca mayor placer sexual durante el coito, “lo que es fisiológicamente falso”, explica Norma Román. “El órgano de mayor excitación sexual de la mujer es el clítoris, y este se estimula mejor directamente, y no por medio del coito. Además, la cavidad vaginal tiene poca sensibilidad: solamente el primer tercio de la vagina”.
En el caso de parejas homosexuales ocurre lo mismo: “En la mayoría de juegos eróticos no interviene el pene, por lo que no es necesario tener un miembro más grande para hacer disfrutar a tu pareja, sino besos, caricias, etc.”, según Norma Román.