¿Cuál sería el efecto multiplicador de la pandemia si no nos aisláramos? ¿Qué efecto tendría en la expansión de COVID-19? ¿En cuánto podría aumentar el número de víctimas?

Esto es lo que ocurrió en dos ciudades norteamericanas, Filadelfia y St. Luis, durante la pandemia de 1918 de gripe española. Filadelfia ignoró el aislamiento mientras que St. Luis cerró a cal y canto escuelas y comercios, y limitó los viajes.

En 1918, una cepa de influenza conocida como gripe española causó una pandemia mundial. Aunque se desconoce la cifra exacta de víctimas, se calcula que entre 1918 y 1920 acabó con la vida de 40 millones de personas en todo el mundo.

A día de hoy, se considera la pandemia más devastadora de la Historia. Un siglo después aún no se sabe cuál fue su origen. Algunos investigadores afirman que empezó en Francia en 1916 o en China en 1917, y muchos estudios sitúan los primeros casos en la base militar Fort Riley (EE.UU) el  4 de marzo de 1918.

El movimiento de personas de un país a otro, e incluso dentro de las propias fronteras en 1918, no es comparable con nuestros desplazamientos y contactos sociales hoy. Aún así, ya entonces los expertos recomendaron el aislamiento social para frenar la expansión de la pandemia.

La historia de aquellos días recoge el caso de dos grandes ciudades norteamericanas que actuaron de modo opuesto, y permiten hacernos una idea de qué ocurriría si no nos aisláramos.

En Filadelfia, los funcionarios de la ciudad ignoraron las advertencias de los expertos en enfermedades infecciosas a pesar de que la gripe ya se estaba propagando en la comunidad. De hecho, en lugar de aislamiento, Filadelfia celebró un famoso y masivo desfile once días después de que estallasen los primeros casos y reunió en sus calles a cientos de miles de personas.

“En las primeras 48-72 horas, miles de personas en la región de Filadelfia comenzaron a morir”, explica Drew Harris, experto en salud de la población de la Universidad Thomas Jefferson en Filadelfia, en Live Science.

Finalmente, unas 16.000 personas de la ciudad murieron en seis meses. Mientras tanto, en St. Louis, los funcionarios de la ciudad implementaron rápidamente estrategias de aislamiento social. El gobierno cerró las escuelas, limitó los viajes y alentó la higiene personal y el distanciamiento social. Como resultado, la ciudad sufrió solo 2.000 muertes, una octava parte de las víctimas en Filadelfia. La ciudad del Gateway Arch, había aplanado con éxito la curva.

Fuente: NPR.org Drew Harris, investigador de salud de la población de la Universidad Thomas Jefferson en Filadelfia para Live Science.