Un estudio encuentra que los pacientes que toman medicamentos inhibidores de bomba de protones, como el omeprazol, tienen más probabilidades de sufrir enfermedades renales

Los inhibidores de la bomba de protones (IBP), que incluyen medicamentos muy conocidos como el omeprazol, son unos de los medicamentos más recetados del mundo. En España representa el más de 6% de todos los fármacos, y duplica la media Europea en su consumo.

Estos fármacos se recetan para la acidez estomacal frecuente, el reflujo ácido y la enfermedad por reflujo gastroesofágico. Sin embargo, su uso ocasional está extendiéndose como un «protector del estómago», cuando sus efectos secundarios, especialmente si se toma con frecuencia, son muy graves.

En el estudio de la Universidad de California en San Diego, los investigadores analizaron la base de datos FAERS, que contiene más de 10 millones de registros de pacientes, y todos los informes voluntarios de efectos adversos mientras se toma un medicamento.

El equipo se centró en los pacientes que tomaban IBP y ningún otro medicamento, lo que redujo su población de estudio a unos 43.000 pacientes. También incluyeron al grupo de control, unos 8.000 pacientes que tomaban bloqueadores de los receptores de la histamina 2, un tipo diferente de antiácido, y ningún otro medicamento.

El equipo descubrió que los pacientes que sólo tomaban IBP notificaron una reacción adversa relacionada con el riñón en un 5,6%, en comparación con sólo el 0,7% de los pacientes que sólo tomaban bloqueadores de los receptores de la histamina-2.

En comparación con el grupo de control, los pacientes que sólo tomaban IBP tenían 28,4 veces más probabilidades de notificar enfermedad renal crónica, así como lesión renal aguda (4,2 veces más), enfermedad renal terminal (35,5 veces más) y deterioro renal no especificado (8 veces más).

Como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), los IBP son medicamentos esenciales para muchas personas, ya que les ayudan a controlar síntomas que a menudo son dolorosos y perturban la vida cotidiana. Sin embargo, su uso indiscriminado se está extendiendo, y es un medicamento que requiere supervisión.

Los investigadores hicieron recomendaciones similares después de un estudio de 2017 de la Facultad de Medicina de la UC San Diego que encontró evidencia en ratones y humanos de que los IBP promueven la enfermedad hepática crónica.

REFERENCIA

Do Proton-Pump Inhibitors Cause CKD and Progression of CKD?: PRO