Dice el refrán: «Antes de que hubiera harina, ya existía la ensaimada mallorquina». Nació en Atenas hacia el siglo V a. C., y se fue perfeccionando poco a poco hasta que en el año 610 un monje italiano le dio la forma actual. Sobre una base de harina ideó un postre enroscado con el que premiaba el buen comportamiento de sus alumnos en las clases de catecismo. Ensaimada procede de la palabra saima, que en mallorquín significa «grasa«, ingrediente básico en el dulce, junto a la harina de trigo, el azúcar y el huevo.

Redacción QUO