Sin embargo, investigadores de la Universidad de Michigan (EEUU) y de la de Tecnología de Delft (Holanda) han conseguido inventar un pie artificial capaz de capturar la energía disipada y reciclarla para ayudar a este movimiento. Un microcontrolador en su base captura la energía generada por el movimiento natural de caminar, la almacena y la reutiliza. Su eficacia es tal que, según sus creadores, la reducción del gasto de energía necesaria para mover esta prótesis respecto a las convencionales es de un 23%.
Redacción QUO
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