La fantasía no tiene patria, y por eso los responsables de Disney–land París buscan a los futuros trabajadores del parque en cualquier lugar. De hecho, el último cásting lo realizaron en la playa de Valdelagrana, Cádiz, para contratar a trescientas personas que se sumaran a la nómina de 700 bailarines y cincuenta músicos con los que ya cuenta el parque. Se presentaron más de mil voluntarios para dar vida a alguno de los personajes de Disney. A los seleccionados se les ofrecía un contrato que incluía el uniforme (y su lavado) a cargo de la empresa. Pero parece que en Disneyland París también hay un lado oscuro: nadie avisó a los postulantes gaditanos de que, en lo que va de año, tres trabajadores del parque se suicidaron en extrañas circunstancias.

Redacción QUO