La rebelión en el mundo árabe, comenzada en Egipto, continúa con fuerza. En Libia, las tribus podrían acabar por derrocar a Muamar Gadafi. La aparente unidad nacional, fomentada por el dictador, esconde un mapa de varias tribus ancestrales, que ahora parece desquebrajarse.

En este sentido, el propio Gadafi forma parte de una tribu, los Gaddafa, a la que favoreció desde los comienzos de su régimen, en 1969: De su clan han salido las unidades militares de élite o los miembros de sus cuerpos de seguridad personal.

Sin embargo, la tribu de Gadafi es minoritaria y por eso buscó el apoyo de otras tribus importantes, como los Magarha, o la mayor del país, los Warfallah, con un millón de miembros en un país con seis millones de habitantes, de los que cerca de dos millones son extranjeros.

Sin embargo, hartos de la brutal represión a la que se han visto sometidos, algunas de estas tribus han empezado a posicionarse a favor de la rebelión. Representantes de la tribu Warfallah se habrían pronunciado públicamente contra el régimen, según Alia Brahimi, investigadora de la London School of Economics especializada en Libia.

Otras tribus se han mostrado más beligerantes. El líder de la tribu occidental Zuwayya amenazó el domingo con bloquear las exportaciones de petróleo (su región tiene las mayores reservas de crudo) a menos que las autoridades detengan lo que llamó la «opresión de los manifestantes».

Redacción QUO