En 1855, un terremoto asoló Japón y destruyó la capital, Edo (actual Tokio), lo que causó miles de muertos. Meses después, un pintor llamado Taganawa concibió esta obra, titulada Namazu-e (literalmente, El pez gato). Las leyendas tradicionales niponas contaban que eran criaturas marinas gigantescas las que causaban los terremotos y los maremotos consecuentes, golpeando con sus enormes colas las costas del Japón. La pintura muestra a las víctimas del seísmo vengándose de su verdugo marino. La obra tuvo un gran éxito, por lo que muchos autores locales la imitaron. En total, llegaron a pintarse más de 400 obras similares.

Redacción QUO