Los niños cuidados por sus padres o sus abuelos se comportan peor que aquellos que asisten a la guardería cuando son pequeños. Esta es la conclusión general de un nuevo estudio francés realizado a un total de 1.428 niños (y publicado online por la Journal of Epidemiology and Community Health).
La investigación pone de manifiesto que los niños que asisten a una guardería o guardería con personal profesional tienen menos probabilidades de tener habilidades sociales deficientes, relaciones difíciles con sus compañeros o problemas de comportamiento, sobre todo si la asistencia a la guardería dura un año o más.
Datos e informes previos a este estudio sugieren que el cuidado infantil temprano puede mejorar el lenguaje y las habilidades de pensamiento de un niño, y posiblemente también su capacidad académica.
Sin embargo, las pruebas que indican el impacto sobre el comportamiento han sido hasta ahora confusas.
En este nuevo estudio, los investigadores siguieron el desarrollo emocional de los niños desde el nacimiento hasta los ocho años de edad, usando respuestas a un cuestionario, completado por los padres cuando los niños tenían tres, cinco y medio y ocho años.
El cuestionario incluía 25 cuestiones, todas enfocadas a problemas de conducta y emocionales, incluyendo dificultades para hacer amigos, hiperactividad o falta de atención y habilidades sociales.
Cuando los niños tenían 4, 8 y 12 meses de edad, y de nuevo cuando tenían 2 y 3 años de edad, también se les preguntó a los padres qué tipo de cuidado infantil se les había proporcionado hasta la edad de 3 años: formal (guardería, centro de cuidado diurno, guardería con personal profesional) o informal (proporcionado por familiares o amigos; o por una niñera).
Poco menos de la mitad de los niños (44,5%) había estado al cuidado de una niñera; casi uno de cada cuatro había asistido a la atención oficial, mientras que casi un tercio había sido atendido por familiares o amigos.
En general, el 15,5% de los niños presentaba niveles persistentemente altos de problemas de conducta; poco más del 15% era hiperactivo o tenía poca atención; el 16% tenía problemas emocionales; poco menos del 7% tenía dificultades para hacer amistad con sus compañeros, mientras que poco más del 13% tenía pocas aptitudes sociales.
El análisis de los datos mostró que, en comparación con los niños que habían sido cuidados por familiares o amigos, los que recibían atención formal en guarderías tenían menos probabilidades de tener problemas emocionales y de conducta y más probabilidades de tener mejores habilidades sociales.
La Dra. Maria Melchior (de la Universidad de la Sorbona y coautora del estudio) aseguraba: «En comparación con los niños que reciben cuidados informales, los niños que reciben cuidados formales tienen menos problemas emocionales, pero los que son atendidos por un cuidador tienen más problemas de comportamiento».
Fuente: The Telegraph