En el año 2014, se descubrieron en el yacimiento egipcio de Deir El-Madina unos restos humanos muy especiales. Se trataba de un torso femenino (sin rastro de la cabeza ni de las extremidades), completamente tatuado. Sus tatuajes eran tan numerosos como fascinantes pero, ¿quién era realmente esta mujer?

Ahora, cuatro años después, el Supreme Council of Antiquities de Egipto ha hecho públicos los resultados de los estudios realizados a ese torso momificado. Y han confirmado que perteneció a una mujer que vivió entre los años 1300 y 1070 adC, y que falleció cuando tenía entre 24 y 35 años de edad.

Los investigadores creen que la profusión de tatuajes en su cuerpo indican que se trataba de una persona a la que se le atribuían poderes mágicos, tal vez una sacerdotisa o una bruja. Los dibujos de su cuerpo representan imágenes de animales, incluidas vacas y babuinos. Pero también numerosas muestras de ojos (los llamados ojos de Horus). Los investigadores explicaron que miremos el torso por el ángulo que sea, siempre nos encontraremos con un par de ojos que parecen observarnos.

Fuente: ScienceAlert.

Vicente Fernández López