En los últimos días una sensacionalista noticia (Publicada hoy por The Telegraph), ha revolucionado no solamente el mundo de la Biotecnología sino también el de la Nutrición Humana. Un grupo de investigadores pertenecientes a la University of Chemical Technology de Beijing han publicado un trabajo en la prestigiosa revista americana Journal of Agricultural and Food Chemistry en el cual se anuncia a bombo y platillo el diseño y elaboración de una “gelatina humana”.
Como todos ustedes conocen, la gelatina es un polímero compuesto por aminoácidos que se obtiene a partir a partir del colágeno procedente del tejido conectivo de los despojos de algunos animales. Debido a su composición (84-90% proteína proveniente del colágeno, 1-2% sales minerales, el porcentaje restante es agua), y, sobre todo, a sus propiedades gelificantes, la gelatina se usa en distintos campos como es el caso de la industria farmacéutica, cosmética, fotográfica y, sobre todo, culinaria.
Según los autores, los métodos tradicionales de producción de gelatina presentan dos grandes inconvenientes: las grandes diferencias existentes en las propiedades de la gelatina según el lote de producción lo que lleva de cabeza a los fabricantes de este producto y, sobre todo, la posibilidad de poder contraer algún tipo de enfermedad procedente de los despojos del animal empleado como es el caso del archiconocido “mal de las vacas locas”.
Por ello, el grupo de investigación dirigido por el profesor Jinchun Chen ha desarrollado una gelatina humana recombinante empleando genes humanos que, gracias a su facilidad de control, puedan mejorar la producción y, sobre todo, la seguridad alimentaria de la gelatina.
Como sistema de expresión, los científicos chinos han empleado, en lugar de de la tradicionalmente empleada Escherichia Coli, la levadura Pichia pastoris ya que, además de poseer un crecimiento relativamente rápido, es eucariota, lo que facilita la expresión de proteínas de mamíferos, pues lleva a cabo diversas modificaciones post-traduccionales. Además Pichia pastoris posee una gran capacidad de expresión, llegando, llegando a producir concentraciones de g/L.
A pesar de que el estudio parece serio, debemos hacer una reflexión. En los últimos tiempos una peligrosa moda está llegando al mundo de las publicaciones científicas. Para intentar publicar nuestras investigaciones en las mejores revistas científicas se abusa del sensacionalismo tanto en los títulos de los artículos como en las introducciones a los mismos.
En el caso que nos ocupa el trabajo es correcto metodológicamente y ha sido aprobado por los revisores de una gran revista científica. El objetivo de diseñar un nuevo método para producir gelatina empleando genes de procedencia humana y expresarlos en una levadura se ha logrado…pero la venta del producto me parece algo “peligrosa”.
Hoy en día relacionar la gelatina con el “mal de las vacas locas” es absolutamente sensacionalista y está fuera de lugar. Una simple lectura de la noticia por parte del consumidor podría hacer temblar los cimientos de las empresas fabricantes de gelatina…. ¿es que existe algún riesgo si se consume la gelatina tradicional? Rotundamente NO.
Por otra parte, hablar de que mediante este método se van a subsanar los problemas existentes debido a las grandes diferencias que existen entre los lotes industriales de gelatina es muy arriesgado.
Además, ¿qué dirá la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria de este producto? ¿Pasará la “gelatina humana” los controles tan exigentes que está imponiendo este organismo en los últimos tres años? ¿Qué alegaciones nutricionales acompañarán a la “gelatina humana”?
Señores seamos serios y no convirtamos la ciencia en una feria…no todo vale con tal de publicar un artículo científico.
Fuente: “New Strategy for Expression of Recombinant Hydroxylated Human-Derived Gelatin in Pichia pastoris KM71” dx.doi.org/10.1021/jf200778r | J. Agric. Food Chem. 2011, 59, 7127–7134.
* El Dr. José Manuel López Nicolás es Profesor Titular del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular-A de la Universidad de Murcia y autor del Blog Scientia. Puedes seguirle también en Twitter: @ScientiaJMLN
Redacción QUO