Un despiste puede ser de lo más productivo. Al inventor, Frank Epperson, le hizo rico. Con 11 años, mezcló en su casa de San Francisco una bebida de polvo de soda con agua, pero la dejó a la intemperie en el portal con el agitador dentro.
El invierno batío récords de bajas temperaturas y al día siguiente se encontró con el primer polo de la historia. En 1905, con 29 años, Epperson empezó a vender su invento con el nombre de «Epsicle ice pops». Dos años después cambio el nombre por el de «Popsicle» y vendió su compañía por una fortuna.
El inventor del cucurucho de helado no se hizo rico, pero en la feria en la que nació también se convirtió en el produco mejor vendido. Como el polo, el cucurucho también nació por casualidad.
Redacción QUO