Los pintores renacentistas acuñaron una imagen física de Cristo que ha perdurado hasta nuestros días, y que han recogido otros medios como el cine. Es la de un hombre esbelto, con barba y pelo largo, mirada profunda, y rostro alargado y austero.
Pero una capilla bautismal descubierta en Israel ha revelado la existencia de una pintura de hace aproximadamente 1.800 años, que revela como pudo ser el rostro de Cristo. Y lo que muestra no coincide para nada con la iconografía acuñada durante siglos.
Hay que decir que dicha capilla fue descubierta en la década de 1920. En su momento los arqueólogos ya detectaron la pintura existente en uno de sus muros. Pero estaba tan descolorida y desgastada, que la consideraron irrecuperable.
Pero, ahora, investigadores de la Universidad de Haifa han logrado reconstruir los trazos de dicha pintura. Y el resultado muestra un rostro que nos descoloca por completo. El de un hombre de una apariencia casi actual, con el pelo rizado. Casi parece la caricatura de un hippy de los años 60 y 70.
Los investigadores aclaran que esto no significa que este fuese el auténtico rostro de Cristo (si es que realmente existió). La pintura se realizó al menos dos siglos después de su muerte, por personas que no vivieron en la época en la que supuestamente existió. Tan solo revela que quienes la hicieron tenían una idea de como pudo ser su cara que no se parecía en nada a la que posteriormente acuñarían los artistas bizantinos y renacentistas.
Fuente: ScienceAlert.