¿Te habíais percatado alguna vez de que la especie humana es la única cuyas hembras cuentan con senos permanentes durante toda su vida? Además, frente a otras especies, los senos en los humanos no se forman en la ovulación o en el embarazo, sino en la adolescencia.

¿Por qué ocurre esto? ¿Qué es lo que cambió en nosotros en algún momento de nuestra evolución? ¿Darwin tenía alguna teoría al respecto? Parece que sí, y tras él, algunos autores abordaron también el tema (como el biólogo Tim Caro). Ellos se basaban en el hecho de que los senos femeninos podrían haber evolucionado como un símbolo sexual, sustituyendo parte trasera de las hembras. Al comenzar a caminar erguidos, los órganos sexuales femeninos ya no eran tan evidentes, por lo que los pechos destacaban más que el trasero. Es decir, la evolución nos llevó a desarrollar los pechos (durante la pubertad) para que los machos pudieran detectar cuando una hembra era sexualmente madura.

Como refleja el estudio de Tim Caro, existen múltiples hipótesis que giran en torno a los pechos femeninos y que se dividen en dos grupos:

Las que se refieren a las razones por las que los senos en los seres humanos sean permanentes:

1.- Actúan como liberadores del comportamiento sexual masculino.

2.- Permiten a las mujeres ocultar su condición reproductiva.

3.- Permiten que los bebés se amamanten de la cadera de su madre.

Las que se refieren a la diferencia en el tamaño de los senos. De esta forma, los senos grandes indicarían:

1.- El potencial de la lactancia de la madre.

2.- La capacidad de las madres de invertir de forma prenatal en la descendencia.

3.- La fecundidad de la madre.

4.- Su longevidad.

¿Por qué el cáncer de mama no es común entre otros primates?

Los expertos también se hacen esta pregunta al comparar los senos humanos con los de otros primates. El cáncer de mama es hoy en día la primera de las causas de muerte relacionadas con cáncer en mujeres, y afecta cada año a más de un millón y medio de mujeres. ¿Por qué es algo específico de las hembras humanas? Para algunos autores, esto puede tener que ver con la esperanza de vida de cada especie (siendo la humana la más longeva en la actualidad) y que el riesgo de cáncer de mama aumenta con la edad. Es decir, otros primates no llegan a vivir lo suficiente para que la enfermedad pueda llegar a desarrollarse.

Otras teorías apuntan que el cáncer de mama puede tener que ver más bien con el tejido mamario en sí, que se divide muy rápidamente, dando lugar a que nuestro organismo pueda cometer más errores a la hora de reparar el ADN dentro del ciclo celular (nacimiento y muerte de cada célula). Y una célula con errores puede convertirse en cancerosa, eso ya lo sabemos…

Belén Robles González