En Estados Unidos se ha puesto de moda hacer fiestas por todo y hay una que, por el momento, no ha saltado del todo a España, pero que genera vídeos muy curiosos desde el otro lado del océano: la fiesta de revelación del sexo de un futuro hijo. Todo siempre se reduce a que si aparece un color rosa, será niña, y si sale un color azul, entonces será niño. Pero para llegar a esa conclusión, siempre se pasan por pruebas o juegos que involucran a ambos futuros padres, junto al resto de la familia, para que la sorpresa sea mayor. Hay juegos sencillos como huevos pintados de rosa o azul, en el que todos están cocidos menos uno, y uno a uno se van rompiendo en la cabeza de la pareja hasta que uno de ellos explota y revela el sexo del hijo, otros usan una tarta que al cortarla está teñida del color del futuro bebé, y la que tiene que ver con nuestra historia: pirotecnia que, si no es controlada, puede ocasionar un problema muy, pero muy grave.

Esta historia ocurrió en abril de 2017, en Arizona. Un padre quiso sorprender a su mujer con una caja que explotaría cuando fuera alcanzada por una bala a corta distancia. El efecto resultó, pero al hacerlo en una zona árida del campo, la zona comenzó a arder y se desató unincendio que llegó a quemar 19.000 hectáreas de terreno y obligó a evacuar la zona, en la que residían 200 personas. Aquí podéis ver lo que sucedió.

A pesar del desastre natural provocado, afortunadamente ninguna persona falleció. Eso sí, el coste de toda la operación más los problemas ocasionados ascendió a un total de 8 millones de dólares, los cuales tendrá que afrontar el autor y su familia prácticamente de por vida. Fue sentenciado a 5 años de libertad condicional, a pagar 100.000 dólares de entrada y 500 dólares cada mes desde entonces hasta que liquide la deuda. Obviamente, esto no ocurrirá porque es evidente que no tiene en su poder tanto tiempo como para poder hacer frente a esa cantidad (tendría que estar 1.300 años pagando). Así que suponemos que en un periodo estimado le acabarán perdonando el dinero (aunque, quién sabe, EEUU tiene sentencias judiciales que dejan boquiabierto a más de uno y quizá sus futuras generaciones se vean obligadas a seguir apoquinando).

Por otro lado, también debe presentarse como voluntario en los servicios de bomberos para ayudar siempre y cuando sea necesario. De esta manera, aseguran, verá de primera mano el trabajo que supone al país y a las fuerzas de seguridad acabar con incendios así, muchas veces provocados por imprudencias como la suya.

Por cierto, finalmente nació un chico.

Alberto Pascual García