Los robots sexuales podrían ser una realidad en un futuro próximo. Ya existen algunos modelos, capaces incluso de desarrollar hasta 50 posturas sexuales diferentes, pero todo indica que poco a poco los iremos viendo más perfeccionados. Pero, ¿cómo serán nuestras relaciones con ellos?

Robin Mackenzie, directora del Law and Medical Ethics and Kent Law School, ha publicado un estudio en el que expresa su convencimiento de que el desarrollo de la inteligencia artificial permitirá la creación de robots eróticos que serán capaces de expresar emociones, y de desarrollar autoconsciencia.

Según la especialista, tener relaciones íntimas con estos robots será lo más parecido a hacerlo con un alienígena. Será tener intimidad con alguien que se asemeje a los humanos, pero que no lo es.

Y dado que esos robots estarán programados para amarnos y satisfacer nuestros deseos, Mackenzie cree que también lo estarán para sufrir por nuestra causa. Tal y como explica el sufrimiento puede a veces formar parte del romance, ya sea provocado por los celos, o por otra causa. Y los robots sexuales no serán inmunes a nuestro desdén e indiferencia.

¿Cómo nos comportaremos con ellos entonces? La cuestión plantea un interesantísimo dilema ético.

Fuente: Newsweek

Vicente Fernández López