Hace 50 años, se descubrieron en la región de Wieliszew, en Polonia, unos restos humanos especialmente llamativos, y cuya antigüedad se dató en unos 8.000 años. Se trataba de un cráneo humano que mostraba señales de haber sufrido un gran golpe en la cabeza, lo que sugería que había sufrido una muerte violenta. Y apareció también un hueso perteneciente a la misma persona, con marcas de haber sido quemado.
Los investigadores llegaron a la conclusión de que aquel hombre fue asesinado y posteriormente devorado en un ritual de canibalismo. Pero, ahora, un nuevo estudio de aquellos huesos, da un inesperado vuelco a esta historia.
Antropólogos de la Universidad delCardenal Stefan Wyszyński, en Varsovia, han vuelto a examinar los huesos, y han descubierto que en torno a la herida del cráneo, comenzó a formarse un cuerpo calloso, lo que revela que estaba empezando a cicatrizar. Eso significa que aquel hombre logró sobrevivir un tiempo, tras haber sido herido.
Los investigadores creen que se trataba de un cazador que fue víctima de un acto de violencia, del que logró salvarse momentáneamente, aunque probablemente murió varias semanas después a consecuencia de las heridas. Respecto al hueso quemado, piensan que no es una evidencia de que fuera devorado. Más bien creen que su cadáver fue incinerado por los miembros de su grupo, como parte de algún ritual funerario.
Fuente: LiveScience.
Vicente Fernández López