Estimados lectores, tenemos que informarles que nuestros reporteros están tan entregados que no descansan ni cuando duermen. La otra noche, uno de ellos tuvo una pesadilla espantosa tras haber cenado media ración de zarajos confitados, y en sueños se le apareció una figura tan polémica como atroz: el burka… Pasado el susto inicial y entre bostezo y bostezo, nuestro audaz reportero le hizo una oniroentrevista a dicho ropaje que les transcribimos fielmente a continuación.

Reportero. Por el amor de dios… me ha dado usted un susto de muerte. Pensé que era la Parca que venía a buscarme.

Burka. No me extraña que mi aspecto le de miedo. Según la abogada y feminista argelina Wassyla Tamzali, soy un sudario andante.

Reportero. ¿Sabe que pese a todo me resulta usted una prenda de extraña belleza?

Burka. Eso es porque a ustedes los occidentales les fascina todo lo que huela un poco a exótico. Y también porque es hombre. Si fuera mujer no me miraría con tan buenos ojos.

Reportero. Venga… No me haga a estas horas de la noche proselitismo feminista. Que, a fin de cuentas, las mujeres que se lo ponen es por una cuestión de fe religiosa. Y yo soy muy respetuoso con eso.

Burka. Pues se equivoca… Porque, según la opinión de Tamzali, el burka no tiene nada que ver con ser musulmán. En todo caso, es fruto de la talibanización y del patriarcado. ¿Sabía que en El Corán no se me me menciona en ningún momento? ¿Y que incluso hay imanes que han condenado esta prenda diciendo que no tiene nada de islámica? De hecho el burka surgió en Afganistán siglos antes del nacimiento de Mahoma.

Reportero. Y muchos antropólogos afirman que lo usaban tanto mujeres como hombres. Y, de hecho, defienden su uso alegando que era una prenda que protegía de los fuertes vientos y de las tormentas de arena.

Burka. Cierto, pero en un momento determinado, los hombres dejaron de usarme y solo las mujeres quedaron confinadas a mi esclavitud. Además, ¿no le parece que lo que podía servir hace siglos en las llanuras y montañas de Afganistán en un momento histórico determinado, no tiene sentido en la casbah de Argel o en las calles de Paris hoy en día?

Reportero. Sigue dándome argumentos ideológicos y yo necesito datos objetivos y concretos.

Burka, pues le daré un dato tan concreto y objetivo como inapelable, zoquete mío… El burka es perjudicial para la salud.

Reportero. Z-o-q… recuérdeme, por favor, que luego le pida que me deletree esta palabreja. Y dígame, ¿por qué es malo parta la salud?

Burka. Porque un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Bradford, en Gran Bretaña, demostró que las mujeres que lo llevan, debido a la falta de luz solar, padecen hipovitaminosis D, que es la deficiencia de vitamina D, que provoca diversas dolencias, incluida la osteoporosis y varios tipos de cáncer. De hecho, los investigadores observaron que un 78% de las mujeres afganas, pakistaníes e iraníes que usan burka sufren diversos tipos de males asociados con la falta de vitamina D, frente a un 18% de los varones.

Reportero. Uuuummm… creo que necesito algo más que fríos datos estadísticos para convencerme.

Burka. Si, ¿eh? Hagamos una cosa. Póngaselo usted.

Reportero. Vaya, vaya…. así que con retos a mi, ¿eh? Pues mire si soy chulo que me lo pongo.

(Nuestro reportero se pone el burka).

Burka. ¿Qué ? ¿Cómo se ve?

Reportero. Pues ver lo que se dice ver, no se crea que veo mucho.

Burka. Lógico. En el mejor de los casos el burka deja una pequeña abertura a la altura de los ojos, pero que aún así restringe el área de visión. Pero además, muchos burkas cubren los ojos con una pequeña red o velo trasparente que dificulta la visión. Según el estudio de la Universidad de Bradford con el paso de los años se producen distintos problemas oculares que van desde pérdida de visión, a cataratas e incluso cierto grado de ceguera.

Reportero. Además, me siento un poco asfixiado.

Burka. Y eso que solo lleva unos segundos. Espere a que pasen las horas y los días.

Reportero. También me siento torpe.

Burka. Claro, algunas de estas prendas pesan hasta siete kilos. Imagínese lo que es trabajar en el campo con ellas encima. Además, tenga en cuenta que en países como Afganistán, Irán o Argelia, se superan fácilmente los 40 grados de temperatura. ¿Se imagina lo que es achicharrarse cada día debajo de un burka?

Reportero. Claro que me lo imagino. Ya estoy empezando a sudar como un cerdo. Aunque no se muy bien si es por el calor o la angustia.

Burka. Hemos llegado adonde yo quería. Los investigadores de Bradford, también descubrieron que el burka crea problemas graves en la piel por la mala transpiración. Los autores del estudio vieron que con el paso de los años, a las mujeres que lollevaban la piel se les había vuelto escamosa y de un color ligeramente parecido al moho por los problemas de sudoración.

Reportero. No quiero parecer frívolo, pero es que encima rasca.

Burka. Esa ya es la guinda de este macabro pastel. Tenga en cuenta que los burkas de las campesinas de Afganistán o Irán están hechos con telas muy toscas. Son puros sacos, muchas veces mal cosidos, y que del rozamiento continuo con la piel producen yagas y úlceras que en ocasiones no se curan en toda la vida. Esto también lo corroboró el estudio de la Universidad de Bradford.

Reportero. No se, creo que voy a enloquecer…

Burka. Buena observación, porque según los investigadores británicos ese es el estudio que falta por hacer: como afecta el burka a la mente de las mujeres que lo llevan y los problemas psicológicos que puede provocar. Según denuncia la activista Mariam Rawi, el número de suicidios femeninos se incrementó en Afganistán desde que en 1992 los talibanes decretaron obligatorio el uso del burka Pero, claro, falta alguna investigación que certifique este hecho.

Reportero. ¿Sabe una cosa? Creo que me ha convencido. Y le diré que llevar burka me parece una put…

Burka. Por favor, no me diga tacos. Que estas páginas las leen los niños.

Vicente Fernández López