Hay quienes lo ven de color naranja intenso, otros que dicen que ese es el color salmón, pero incluso puede llegar a tirar hacia… ¿blanco? Sí, no os extrañéis. Pero si os preguntáis por qué la mayoría tiende a ese color anaranjado tiene su explicación.
La principal diferencia se debe a que algunos ejemplares tienen la habilidad genética de procesar carotenoides, sustancias que dan color anaranjado tanto a los salmones como a las zanahorias. Los peces adquieren estos antioxidantes de su dieta: del plancton, del krill, de las gambas… La astaxantina es el más conocido y, de hecho, se añade a los piensos usados en acuicultura cuando es necesario corregir el color del pescado.
Redacción QUO