Buscaban símbolos romanos y encontraron un pene tallado en un muro hace 1.800 años. Es lo que le ha ocurrido a un grupo de arqueólogos de la Universidad de Newcastle (Inglaterra) al descubrir una antigua talla en una cantera cerca del Muro de Adriano en el condado de Cumbria.
El grabado pudo ser obra de un soldado romano alrededor del año 207 d.C., es decir unos 85 años después de la construcción de este muro cuya longitud ronda los 117 kilómetros, según describe Historic England. La imagen del miembro se conoció por medio de un tuit publicado en el que aseguran que se trata de un símbolo muy recurrente en la época para atraer la buena suerte.
En la Antigua Roma el símbolo del pene se utilizaba para alejar la desgracia, por eso las imágenes fálicas adornaban innumerables puertas y muros en todo el Imperio Romano, transmitiendo una imagen de poder y de buena fortuna. De acuerdo con Mike Collins, uno de los responsables del mantenimiento del Muro de Adriano, ya se han encontrado unos 57 símbolos de este tipo en estas mismas paredes.
Falo protector
También era costumbre que los varones portasen, desde niños, amuletos con forma de penes llamados fascinum que les mantenía alejados de la enfermedad. Según relató el filósofo y científico romano Plinio el Viejo, eran los talismanes escogidos para la batalla. Los bebés estaban bajo la tutela especial del dios Fascinus, personificación del falo divino en la magia y religión de la Antigua Roma. “Era el protector, no solo de los bebés, sino también de los generales”, escribió. Dice que su imagen en la parte baja del carro triunfante del general le mantenía a salvo, igual que un médico, contra los efectos de la envidia.
En el campo de batalla, el falo se convertía, sobre todo, en signo de dominación. Los antiguos romanos estaban muy centrados en el poder asociado con el sexo y la violación se usaba como arma militar. El soldado que permitía ser sodomizado era condenado a muerte.
Otros hallazgos
Además del dibujo del pene, los arqueólogos han hallado nueve inscripciones en latín, de las que sólo seis son legibles, y otras figuras. Una de ellas podría pertenecer a uno de los oficiales al mando del destacamento de esa época.
Marian Benito