Sesgo es la palabra técnica y científica para referirnos a los prejuicios. Todos tenemos y no son malos per se, son un mecanismo evolutivo que nos ha ayudado a sobrevivir. Por ejemplo: si tiene forma de gato grande, tiene melena y viene hacia nosotros, es bueno que creamos que es un león sin esperar a tener más elementos para emitir un juicio. Lo que sucede es que esos prejuicios o sesgos se crean por múltiples razones y no siempre las adecuadas.
La cosa es que aunque nos salgan solos, no nos aportan demasiado, ya hace bastante que no nos ayudan a escapar de un león y en cambio, enturbian las relaciones que tenemos con otros iguales.
Entre los sesgos que no sirven para nada, nos encontramos los de género, que consiste en asumir que por ser hombre o mujer tienes unas características específicas o estás abocado a realizar una serie de tareas.
Por ejemplo, si mencionamos campos laborales como «ciencia», «medicina», «política», «abogacía», «deporte» o «ingeniería», al imaginarnos a las personas que realizan esos trabajos generaremos un retrato robot en nuestro cerebro de quiénes creemos que mayoritariamente realizan esas labores. Es habitual y le pasa a todo el mundo, pero nuestros sesgos se desajustan con la realidad y lo más importante, nuestro arcaico mecanismo de supervivencia niega las realidades de hoy en día como le pasó a esta médica en su consulta:
las profesiones no tienen género
Pero si os decimos que dibujéis un científico, ¿cuántos dibujaríais una mujer? En 1983, David Chambers publicó un interesante estudio basado en los dibujos realizados por casi cinco mil niños y niñas entre finales de los años sesenta y los años setenta. A todos esos niños (51% niños, 49% niñas) se les hizo esa pregunta. Solo veintiocho estudiantes dibujaron una científica, menos del 1%. Ningún niño dibujó una mujer.
Cabría esperar que en inglés hubiera menos problema porque las palabras normalmente no tienen género como en español, una enfermera y un enfermero son nurse los dos y una médica y un médico son phisician o doctor por igual, pero no es así. Un nuevo estudio ha demostrado que los pacientes tienen una probabilidad significativamente mayor de identificar a los médicos con varones y a las enfermeras con mujeres.
Sin embargo, estas percepciones pueden estar cambiando lentamente, ya que los pacientes más jóvenes tenían más probabilidades de identificar correctamente a las médicas y a las enfermeros, según el estudio publicado en Journal of Women’s Health.
La próxima vez que os hablen de alguien de quién desconocéis su género, haced el ejercicio de no imaginarlo obligatoriamente como un hombre. ¿Con qué profesiones os pasa a vosotros?
Esther Sánchez