El “fenómeno del elefante rosa” es el culpable de que el cerebro repita tediosas canciones hasta el hastío. Así lo explica Susan Ball, psicóloga del Colegio Universitario de Medicina de Indianápolis (EEUU), quien afirma que cualquier esfuerzo por no pensar en los elefantes hará que no nos los quitemos de la cabeza.

Esta enloquecedora y desesperante reacción de la mente no es más que un mecanismo de la memoria, un viejo recurso de los tiempos de la comunicación oral, cuando nuestro subconsciente se servía de melodíasrepetitivas para recordar una historia.

El neurocientífico Robert Zatorre, de la Universidad McGill (Canadá), ha determinado que tales memorizaciones activan la misma zona del córtex auditivo que se pone en marcha al oír una canción. El lóbulo frontal selecciona qué melodías afloran y cuáles permanecen ocultas. En situaciones extremas, un pensamiento reiterado puede causar desórdenes obsesivos.

Redacción QUO