La razón reside en el uso que se daba a esta bebida. En el siglo XV, época de la que data la primera documentación en Escocia, se creía que el whisky era reconsitituyente y medicinal (un aqua vitae). Por entonces, la curación y el amparo de enfermos eran las principales labores benéficas de los monasterios.
Se sabe que el fraile John Corr ya destilaba este licor para el rey Jaime IV en 1494. La producción a gran escala (no casera) comenzó gracias a las técnicas de destilación de Coffey (1832), que allanaron el camino al nacimiento de la mítica compañía Dewar’s, una de las más prestigiosas del mundo.
Enviado por Alberto Fernández, Cañaveruelas (Cuenca)
Redacción QUO