Ahora, claro, está internet, y los sofisticados programas de retoque de imagen. Un día, de repente, aparece un vídeo con el último avistamiento ovni, grabado en cualquier sitio y la noticia da la vuelta al mundo en un instante. Eso pasó en agosto de 2007, cuando aparecieron en YouTube “UFO Haiti” y “UFO Dominican Republic”, dos vídeos anónimos, que mostraban unas astronaves volando por encima de un atardecer caribeño. Inmediatamente, los enlaces dieron la vuelta al mundo recogidos en blogs y foros de temática ovni. Las imágenes resultaban terriblemente veraces, hasta en los movimientos de cámara. Aunque algunos expertos en retoque alertaron desde el comienzo de que era un fraude (que las palmeras, por ejemplo, eran todas la misma palmera generada por un conocido software de modelado en 3D) otros se lo creyeron a pies juntillas. Incluso cuando el autor, con el nick Barzolff814, explicó que tenía 35 años, que trabajaba como animador profesional yque había hecho él solito los vídeos. Como muestra, realizó otros nuevos con los mismos modelos y características, pero muchos prefieren seguir creyendo que el ovni era ovni. Internet también facilita y acelera el analisis y la denuncia de los falsificadores. El platillo volante ficticio de Kuwait, con forma de medusa, que apareció sobre una estación petrolera, tardó solo unos días en ser descubierto, aunque aún figura en el top 10 en las webs y blogs de los seguidores de ET. Los mensajes alienígenas, enviados desde lejanas galaxias, se encuentran también de forma abundante en vídeos de YouTube, pero hay varias vías, con más o menos solera, para recibir comunicados de extraterrestres. Muchos de los contactistas clásicos utilizaron, como hacían para hablar con los muertos los grupos espiritistas (o espiritualistas), el famoso tablero de la OUIJA. Ahora, la tecnología manda. El tablero se ha sustituido por la llamadaTranscomunicación Instrumental (TCI), tanto para hablar con espíritus como con aliens. La TCI da cuenta de mensajes recibidos a través de televisión, ordenadores o, ya puestos, SMS en los móviles. A mediados de los ochenta, un caso de contacto ET utilizaba una impresora matricial ¡desenchufada!. A lo largo de estos años, en EEUU, Alemania, Bélgica o España, se han ido contando historias de contactos sobrenaturales (algunas veces pretendidamente extraterrestres) por fax, teléfono y vía email. Aunque la pena es que decir, no dicen gran cosa. Hoy, además, los aliens han adoptado algunos de los conceptos científicos ya de uso común: clones, análisis genéticos y exoplanetas se incorporan a la fantasía UFO con total naturalidad. Siempre hay un “científico” ruso de un desconocido instituto en alguna ciudad perdida que, según una nota de prensa de una agencia del país, ha encontrado, esta vez sí, la prueba definitiva de que los extraterrestres existen. Sin ir más lejos, en febrero del año pasado, uno de estos, llamado Yuri Labvin, afirmó tener restos del ovni que explotó en 1908 en Tunguska, un hecho que para algunos sigue siendo prueba de que los platillos volantes tienen un motor nuclear.

Redacción QUO