Porque, según ha calculado el diputado francés René Dosière, el ex presidente de la República le costará 1,5 millones de euros anuales, repartidos en varias partidas. Al ex mandatario le corresponde una pensión vitalicia de 6.000 € brutos al mes, pero si decide incorporarse al Consejo Constitucional, cosa a la que tiene derecho (tal como ocurre con el Consejo de Estado en España), Sarkozy percibirá así otros 11.500 euros netos mensuales.
Por si fuera poco, le corresponden unas primas, cuyo montante es secreto, en concepto de “apoyo especial para compensar los contratiempos sufridos en el ejercicio de sus funciones”, según la ley francesa. Además, tal como ocurre en otros países (como España), un ex presidente tiene derecho a mantener un gabinete personal; en él trabajarán siete personas, entre ellas tres secretarias. Por si fuera poco, disfrutará de grandes exenciones.
El Estado debe pagarle un apartamento de representación “amueblado y equipado”, y puede viajar ilimitadamente en Air France y en los ferrocarriles nacionales sin pagar nada. Y si lo desea, se alojará en las embajadas y consulados galos cuando viaje al extranjero.
Redacción QUO